Resumen de Yerma por actos

Acto I

Cuadro 1

Al inicio de la obra Yerma está dormida en su casa, soñando con un pastor que lleva a un niño de la mano. Se despierta poco después y habla con su marido Juan, que está a punto de salir a trabajar al campo. En este primer diálogo entre los esposos, Yerma está preocupada por la salud de Juan, que trabaja largas horas. Sabremos poco después que esta preocupación está relacionada con el problema que atraviesa la pareja: llevan más de  dos años de casados y no han podido aún tener hijos. Al salir Juan, entra una amiga de Yerma, María, que a solo cinco meses de casada ya se ha quedado embarazada y viene a pedirle a Yerma que le cosa la ropa para el bebé que espera. La noticia aumenta la ansiedad de Yerma, que pregunta curiosa cómo ha sido y cómo se siente la experiencia de estar embarazada, al tiempo que le da consejos. Poco después María se despide, y Yerma se pone a coser la ropita del bebé de su amiga, así la sorprende el pastor Víctor, que equivocadamente piensa que es Yerma la que va a tener un hijo. Resuelta la confusión, Víctor jovialmente alienta a Yerma para que le insista a su esposo para que se ocupe más del tema. Cuando Víctor se va, Yerma se acerca al sitio donde el pastor ha estado y respira fuerte, como si siguiera su olor por el aire.

Cuadro 2

De camino a su casa, luego de llevar la comida a Juan que trabaja en el campo, Yerma se cruza con la Vieja Pagana y aprovecha la ocasión para preguntarle por qué no puede tener hijos y qué puede hacer para remediarlo. Madre de catorce hijos, la Vieja Pagana sugiere que quizás el problema es la falta de deseo sexual (un deseo que Yerma sí parece haber sentido por Víctor). Antes de irse, además,  insinúa que el problema de fertilidad no es de Yerma sino de su marido. Por el camino aparecen dos muchachas. Yerma reprehende a la Muchacha Primera porque ha dejado al hijo pequeño en la casa, sin darse cuenta de los peligros que corre. La Muchacha Segunda, que ha sido testigo de la conversación, comenta a Yerma cuánto mejor es la vida sin hijos. Prefiere estar por la calle que encerrada en la casa haciendo las tareas del hogar y se queja deque su madre, la Dolores,  le hace beber hierbas y rezar a los santos para quedar embarazada. Yerma, sin embargo, parece mostrar cierto interés por la Dolores, quizás pensando ya en que la puede ayudar con su problema. Poco después de que la Muchacha Segunda se despida, aparece cantando Víctor. Yerma se une al canto sin reconocer al iniciola voz del pastor. Al darse cuenta de quién canta, Yerma elogia la voz alegre y fuerte de Víctor. Se inicia entonces un tenso diálogo entre los dos, en el que la atracción mutua que sienten se hace visible en los pequeños gestos, miradas y silencios. La llegada de Juan, que reprehende a Yerma por no haber vuelto a la casa y estar todavía por las calles sola, corta la escena con Víctor.

 

Acto II

Cuadro 1

El segundo acto tiene lugar tres años después.  En el primer cuadro vemos a un coro de lavanderas que debaten el caso de Yerma mientras lavan la ropa. Por ellas nos enteramos, por ejemplo, de que dos hermanas solteras de Juan se han mudado a la casa de la pareja para vigilar a Yerma. Este primer cuadro se abre y se cierra con una canción en la que, a través de varias metáforas e imágenes líricas, se habla sobre el sexo y la concepción de los niños.

Cuadro 2

Este cuadro empieza con una reprimenda de Juan a sus hermanas porque al volver a la casa para la comida, se ha encontrado con que Yerma no está allí. Inmediatamente vemos aparecer a Yerma, que viene de coger agua en la fuente. Se inicia entonces una discusión entre los esposos. Juan reprocha a Yerma que sale demasiado de la casa y su comportamiento da que hablar al pueblo, sin comprender por qué a su mujer no le basta lo que él le puede ofrecer: buena comida y casa. Yerma se queja de la ausencia de un hijo.

Cuando Juan se retira a comer, por la puerta de la casa pasa María con su niño en brazos. Yerma la detiene y ambas amigas se ponen a charlar. A María le da pena que Yerma sienta envidia de ella, escucha los problemas de su amiga con su esposo y trata de animarla. Yerma se reafirma en que, a pesar de las sospechas de Juan, ella es una mujer honrada y nunca se atrevería a engañarlo. Al salir María aparece brevemente la Muchacha Segunda para avisarle a Yerma que su madre, la Dolores, la espera (en el siguiente acto sabremos que ambas van a participar de una suerte de ritual en el cementerio). A continuación, entra Víctor, que viene a despedirse porque se va del pueblo. El diálogo con Yerma está nuevamente  lleno de tensión, insinuaciones y medias palabras. Entra Juan y le cuenta a Yerma, con satisfacción, que le ha comprado los rebaños a Víctor. Los dos hombres se retiran y vuelve a salir la Muchacha Segunda, que viene a buscar a Yerma. Poco después, las hermanas de Juan se dan cuenta de que su cuñada nuevamente ha burlado su vigilancia y se ha ido.

 

Acto III

Cuadro 1

Yerma, dos viejas y la Dolores, llegan al amanecer a casa de esta última y conversan acerca de una sesión de rezos que, para conseguir que Yerma quede embarazada, acaban de hacer en el cementerio. Yerma se muestra firme en sus deseos de tener hijos, aunque la Vieja Primera le advierta que los hijos no necesariamente traen la felicidad, pero confiesa a las mujeres que no quiere a su esposo. Cuando Yerma está a punto de irse aparecen Juan y sus dos hermanas. Los esposos nuevamente se enfrentan, los reproches que uno hace al otro son los mismos, pero el tono de la discusión aumenta. Convencida de que parte del su problema es que su esposo no quiere hijos, Yerma suplica a Juan que comparta sus deseos de ser padres, pero se encuentra con el rechazo de su marido, que, temiendo que los vecinos se vayan a enterar de sus problemas de pareja, la manda a callar. Esta será una batalla que ganará Juan. Yerma luego de gritar su desgracia acabará callándose, silencio que anticipa la profunda depresión en la que se sumirá poco después.

Cuadro 2

El segundo cuadro tiene lugar posiblemente un mes después del episodio en la casa de la Dolores, mes en el que, como nos informa María, Yerma ha estado todo el tiempo en su casa, sin levantarse de su silla (es decir, deprimida). Todo esta última parte de la obra transcurre en una romería (una fiesta religiosa), a la que ha acudido Yerma para pedir por los hijos. Escuchamos primero a una serie de mujeres hablando del ambiente de descontrol de la romería, donde se bebe mucho vino y a la que asisten también muchos hombres solos. Pasa hacia la iglesia rezando, primero, la procesión de mujeres que va a pedir por los hijos (entre ellas se encuentra Yerma). A continuación tiene lugar una escena de baile en la que aparecen dos actores con máscaras, una correspondiente a la Hembra y otra al Macho (este último lleva un cuerno de toro en la mano). Junto con un niño y un coro de hombres, estas personajes enmascarados cantan una canción que está llena de alusiones a la unión sexual y a la procreación. Al irse de escena este grupo de máscaras, canto y baile, aparece la Vieja Pagana que se vuelve a encontrar con Yerma. Las dos mujeres hablan nuevamente sobre los problemas de fertilidad de esta última. Esta vez la Vieja Pagana dice a Yerma claramente lo que piensa: la culpa, según ella, es de Juan, que es infértil. La vieja, entonces, le propone a Yerma que se escape con uno de sus hijos solteros. Ofendida, Yerma se niega rotundamente, afirmando nuevamente que es una mujer honrada y que nunca engañaría a su marido. Al salir de escena la Vieja Pagana, aparece Juan, que ha escuchado la conversación. Juan reprocha a su esposa sus continuos lamentos y le pide que se resigne y aprenda a vivir en paz con él, para acabar confesando que nunca le ha importado ni ha querido tener hijos. Cuando en un gesto de reconciliación, Juan intenta abrazar y besar a Yerma, ésta, con fuerza sobrenatural, lo estrangula hasta matarlo. La obra se cierra con un grupo de personas que se acercan a ver lo sucedido.